Por Andalucía

Ser andaluz, levantar la cabeza, sentirse orgulloso de ser de la región más meridional de España, vivir a escasos kilómetros del continente africano, ver el sol cada mañana cuando me levanto, reírme con mi gente, disfrutar del jaleo, del bullicio y del ritmo y calidad de vida de un lugar que la gente elige para morir, soy andaluz y me enorgullezco.

Lucho contra cualquier tópico adosado a mi tierra, somos muchos los andaluces que ahora no estamos en nuestra tierra y que hemos viajado, somos muchos los que hemos soportados clichés absurdos, irracionales sobre nuestra madre verde y blanca. Sin embargo, en vez de sentir una absurdo sentimiento de nacionalismo, inexistente en el que les escribe. Siempre he actuado de igual forma, ante el analfabetismo galopante de aquél que alguna vez me llamó o nos llamó: “perro andaluz”, “gitano andaluz”, “torero”, “flamenco” o “vividor”, siempre he levantado la cabeza, le he sostenido la mirada no en tono de desafío sino desde la cordialidad de aquél profesor que quiere enseñar una lección al alumno más torpón, “soy andaluz”, le digo, mi tierra ha sido escrita por hombres y mujeres como Luis de Góngora, Federico García Lorca, Juan de Mena, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Séneca, María Zambrano o Luis Cernuda, le digo también que mi tierra ha sido pintada por Pablo Picasso o Diego Rodríguez de Velázquez o que aquí se vieron y se exportaron gestas artísticas como las de Manolete o Camarón de la Isla o el coraje de mujeres como Victoria Kent, mujeres y hombres, los de Andalucía, que han sabido ganarse la empatía de viajeros de todo el mundo, gente como Washington Irving, Hemingway o Ian Gibson, andaluces que nacieron en otro lugar del mundo y que vieron en esta tierra la musa en la que inspirar sus obras.

Los jóvenes andaluces de hoy no tenemos nada que envidiar a los del resto de España, somos iguales en preparación y en nivel cultural, estamos cansados ya de que nos miren como si fuésemos ciudadanos de una región de segunda división, los jóvenes andaluces de hoy estoy seguro que derribaremos muchos de estos tópicos, poco a poco, avanzando hacia las cotas más altas sin renegar de una historia de la que nos sentimos orgullosos.

Este artículo lo he escrito como desquite. Resulta que esta mañana mientras estudiaba, he recibido un correo de mi amigo David Usano, un tipo genial con un inteligencia magnífica y una capacidad de crítica sublime y envidiable. La noticia que contenía el correo es que se había lanzado a la aventura de las bitácoras, había creado un blog, su propio blog, una gran noticia para mí y para la humanidad entera que podrá leer a un tipo genial. En su entrada de hoy se refería a lo que yo mismo os hablo y que yo en parte le “plagio” aquí, por eso es un desquite porque se me ha adelantado y ha escrito algo que quería yo escribir desde hace tiempo. Gracias David.

Leyendo el blog de Javi López uno encuentra también numerosas referencias a Andalucía, siempre desde otro espíritu crítico magnífico.

Leyendo a estos dos amigos, y escuchando a muchos otros se me ha ocurrido que podríamos escribir un blog en común, sobre nuestra tierra, sobre los jóvenes andaluces, sobre nuestras virtudes y defectos pero siempre como temática nuestra Andalucía, si quieres participar, no tienes porque haber nacido en Andalucía, para los andaluces un andaluz no lo es por el DNI ni por el RH, un andaluz es cualquiera que haya sentido alguna vez esta tierra como suya. En el blog cambiaremos el blanco y verde de nuestra bandera para izar la libertad de expresión, sustituiremos textos legales estatutarios por la cultura de nuestra gente, y como himno yo creo que está claro, el de aquí abajo, el “se trata de Andalucía de los Aslandticos”.

Nota: Si te apetece colaborar, sólo tienes que escribir cuando quieras y lo que te apetezca, escribe un comentario en este sentido, crearemos un blog y escribiremos todos, yo me puedo encargar del diseño, gracias, por Andalucía.

Sobre la Universidad de hoy

¿Hacía donde camina hoy la universidad?, ¿Cuál es su estado actual?, ¿Cuáles son sus metas?, ¿Qué papel ocupa en la sociedad?. Estas son preguntas que a mi parecer se hace hoy necesario plantearse y lo más inminente es buscar para cada una de ellas una respuesta eficiente, que no se demore más en el tiempo.

No nos engañemos y aunque sea duro afirmarlo, la UNIVERSIDAD es hoy una entelequia que camina a la deriva, es una institución que ha perdido el prestigio de antaño, que ha perdido su papel relevante en la sociedad, es un ente mal estructurado y aun peor planificado. Soy muy crítico con la situación actual de la universidad, pero esta actitud se debe al profundo amor y respeto que le profeso, en la Universidad española corren desde hace tiempo ráfagas de aire viciado que han dañado el fin mismo de la universidad, que no es otro que la formación de ciudadanos. Por citar algunas de estas ráfagas de aire podemos citar la intromisión del poder político en sus estructuras, sobre todo la influencia que este ejerce en los órganos de decisión universitarios, más parecidos a “micro parlamentos políticos” que a verdaderos órganos ejecutivos. La provincialización de la Universidad, esa absurda idea de que cada provincia tuviese su propia universidad que no es más que la despilfarración de recursos y la vulgarización de la enseñanza universitaria, ambas ideas muy alejadas de la excelencia, principio que debe reinar el mundo universitario.

Los estudiantes también tenemos parte de culpa en lo que sucede hoy en la universidad, la relación es sencilla y matemáticamente perfecta, si hay universidades malas, hay por tanto malos estudiantes, y por tanto existe la misma relación a contrario. Quién me conoce sabe que podría hablar horas sobre este tema y gastar cuantos paquetes de clinex se venden en los semáforos de España para secarme las lágrimas, pero precisamente no tengo tiempo, porque debo de ir precisamente a la Universidad, esta vez en Alemania y aunque se que las comparaciones son odiosas, prometo algún día hablar de ella. Os dejo dos enlaces, uno de un artículo de periódico que me envió mi amiga Asun, compañera de batallas erasmus, y el otro es un artículo de cama, algo que hay que leer de vez en cuando para no perder el Norte acerca de donde debe caminar la Universidad, se trata de “la misión de la Universidad” de Ortega y Gasset.

"La Universidad", artículo en el País de Julián Casanova
"La misisión de la Universidad, de Jose Ortega y Gasset.

Que no me limite el límite

Estoy bien jodido, aunque parezca mentira yo también me enfado y ahora lo estoy bastante. Os explico porqué. Resulta que aquí, en Alemania, en un país de los más industrializados del mundo, en un país en el que abunda la tecnología, en este gran país me tienen capado o cogido por los cojones, como se suele decir.

Resulta que en mi residencia universitaria existe un límite de descarga de Internet de 2GB mensuales y estamos a final de mes y estoy rozando el límite. Es absurdo pensar que no puedo usar Internet en todo su potencial por un límite, sí un limite, una palabra que representa literalmente "freno a la libertad". A mi me frena, porque no puedo aprovechar al máximo los recursos que pueden ser usados para el blog. Limitar, limitar, limitar, que deporte, que actividad tan “bonita” a la que muchos se están apuntando últimamente, busco por ejemplo algún candidato o candidata a el mejor o a la mejor limitadora o prohíbidora del año. Cómo nominada por ejemplo por su papel protagonista en la superporducción "Cruzada antivicio" encontramos a una de las favoritas a la estatuilla (una señal de prohíbido bañada en oro), encontramos pues a una de las mejores en su campo, una mujer de las jamás se han visto, una prohibidora nata, sí es ella, quién iba a ser si no, la “Prohibemelotodo” Ministra de Sanidad, a lo mejor es ella la que me ha puesto también el límite de los dos gigas.

Hablando de esta tipa he de reconocer que cuando salió esta Ley de prohibición del tabaco me entraron unas ganas horrorosas de engancharme a fumar, por ahora las he contenido, pero he de reconocer que me cuesta no ponerme un cigarro en los dedos y fumarlo pensando en lo “chulo y antisistema que soy”. Por favor Ministra si sigue usted prohibiendo me voy a convertir en un poli toxicómano. De tanto andar por el camino más corto se va a quedar sin camino y lo peor es que no habrá llegado a ningún lado.

Que no te mate a tí

He pasado mucho rato preguntándome, mientras estudiaba he llegado al delirio, debía de distraer mi cerebro, ya sabéis, no podía permitir que mi cabeza sólo estuviese en una cosa, eso es contraproducente y está absolutamente en contra del potencial intelectual humano. A lo que vamos, mientras digería hojas y hojas en alemán, no paraba de pensar en un tipo o tipa que ha inventado algo, que nos ha condicionado de por vida. ¿Quién fue el sujeto-a que invento el jodido tiempo?. Aquellos que buscan un Dios, aquellos que no han abrazado ninguna fe, aquellos que necesitan alguna razón más allá de lo terrenal para justificar su vida, a todos ellos les invito a que busquen conmigo al verdadero Dios, al que inventó el tiempo. No pretendo abrazarlo, lo lógico sería que lo matase, aunque sólo sea por autodefensa, por que ese tipo-a, nos ha jodido bien, a nosotros y a todos los que quedan por venir. De todos los inventos de la humanidad, el tiempo es el más inservible e inhumano, es el que más daño a causado a la humanidad, el que más muerte carga a sus espaldas, ningún arma de las hasta ahora inventadas y concebidas para matar a matado tanto como el tiempo. El tiempo es un asesino que mata en silencio, se acerca por la noche a tu cama, entra en tu cerbero y te asesina, te roba tus sueños, el tiempo es mayor de los asesinos y me reitero más y más en lo dicho, el tiempo mata y mata, tu estás ahí en tu vida, tranquilo, inconsciente de que ya estás muerto porque el tiempo a lo mejor ya te asesinó, ¿Cómo se puede saber? ¿Cómo puedo saber si estoy vivo o muerto?, tan sólo pregúntate si has perdido la ilusión por algo, pregúntate si has dejado alguna vez de hacer algo, si no has amado, si has dejado de amar, algo o alguien, si no has vivido como has querido, si te preguntas alguna de esas cosas y la respuesta es afirmativa e ipso facto continúas con esta formulación “no tuve tiempo”, “el tiempo se me hecho encima” o algo parecido, si dices algo parecido, ya lo sabes, el tiempo te ha matado, probablemente te arruinó la vida, porque si ese tirano dictador te ha asesinado cosas tan importantes como la ilusión, entonces vives muerto. Ayúdame a luchar contra él, piensa + imagina + lucha = Vida.

Reflexionar con este video "El tiempo no existe", lo dijo Alfred. Este video afirma mi teoría, el tiempo no existe como tal, se trata de un invento maldito.

Miguel Gil Moreno de Mora

Miguel Gil Moreno de Mora viaja en autobús, se dirige al trabajo. Miguel Gil Moreno de Mora es un joven abogado en Barcelona, trabaja en un Despacho importante, destacó desde un principio como un joven abogado, valido y trabajador.

Sin embargo, hoy Miguel Gil viaja por última vez en autobús a su trabajo, hoy es su último día de trabajo. Lo deja todo, ha decidido dar un cambio radical a su vida, dice estar ya harto, no soporta más la frialdad de su trabajo, la distancia con los problemas de la gente, su piel necesita calor.

Ha decidido coger su moto y marcharse, el destino no es fácil, estamos a principios de los años noventa y Miguel viaja en moto hacía Bosnia, su equipaje es una bolsa con algo de ropa, su pasaporte y una cámara de video. Piensa convertirse en corresponsal de guerra y lo consiguió, y no sólo lo consiguió sino que fue el mejor, su vida es una leyenda. Se batió y se curtió en las más cruentas guerras que la humanidad ha soportado en la última década hasta que una bala le alcanzó en Sierra Leona y acabó con uno de los hombres más geniales que se han podido conocer en los últimos años, la fuerza de su humanismo tiene que ser una valuarte lo suficientemente fuerte y resistente para que la memoria de este genial hombre no caiga en el olvido.

Fundación Miguel Gil Moreno de Mora.

Libro homenaje a Miguel Gil Moreno de Mora.

Ouka Leele

Ayer andaba yo perreando. Me había pasado el día estudiando y haciendo mil historias, ahora siento en mis carnes el “ritmo alemán”. Pues eso, que estaba en mi “solución habitacional”, llamo así a mi vivienda Erasmus/alemana, uso ese concepto “Trujilliano” y “Zapateril” (Concepto entregado de forma altruista a la humanidad por la Ministra de Vivienda del Gabinete Zapatero) por que se adapta perfectamente a su contenido, mi vivienda son 20m cuadrados con cocina, mesa, cuarto de baño, silla, armario y lo que pueda caber en medio de todo eso, esa es mi “solución habitacional” germánica y europeizada.

Lo que venía a contar yo es que ya no sabía que hacer para dormirme, necesitaba algo para leer porque últimamente quitando lo que leo en Internet y las páginas de algunos libros que tengo aquí, quitando sólo eso, lo único que leo al cabo del día y que me harto de hacerlo son las letras que forman “el código comunicativo hecho y fundamentado en el sufrimiento del erasmus”, también conocido para los amigos como: “lengua alemana”. (Espero que no lo lean mis amigos alemanes)

En este estado de desesperación y aburrimiento, tendido en mi cama, me fijé en la pared de mi solución habitacional, una pared que he empapelado de cosas, muchas de ellas inútiles, la recorro entera con mi mirada, claro está no tardo mucho, el habitáculo no da para más, pero no pierdo detalle de nada de lo que he colgado, me fijo en todo con una paciencia forense. De pronto mis ojos llegan hasta el calendario que me regalo mi padre, es de una tienda de libros de Internet, Agapea, no le había prestado mucha atención hasta ahora. Me levante de la cama y lo miré fijamente, encontré un texto y una foto al lado, en la foto aparece un tipo con un libro abierto sobre la cabeza. El texto es el más maravilloso que he leído en mucho tiempo, un relato pequeño, de un párrafo, conjuntado con la foto hacen una pareja perfecta, compartir su lectura es el motivo de mi entrada. Ojala lo hubiera escrito yo, es envidia y admiración, ambas cosas

“Ouka Leele no fotografía lo que vemos sino lo que hemos olvidado. Es decir, si fotografía un rostro, aunque no sepamos quién es, algo en esa fotografía nos hace pensar que lo conocemos. Como si le hubiéramos visto en algún otro lugar, haciendo exactamente lo mismo. Es lo que nos pasa con este hombre con el libro en la cabeza. Nos parece que ya se lo vimos hacer, pero no sabemos dónde ni la razón exacta por la que se comportaba de esa manera. Pero puede que esta escena no existiera nunca y se trate sólo de algo con lo que fantaseamos alguna vez: ponernos un libro sobre la cabeza. Estábamos leyendo ese libro y de pronto quisimos ver si se sostenía sobre nuestra cabeza. Y eso nos transformó en un pájaro. En ese pájaro solitario y un poco alucinado que somos cuando leemos”.

Escrito por : Gustavo Martín Garzo.

PD: Ouka Leele es una fotografa española muy reconocida, podeís informaros más acerca de ella aquí.

Con un par de remos

Muchos de nosotros nos preguntamos a diario si seremos capaces de cumplir nuestros sueños, si alcanzaremos aquella meta que algún día nos propusimos, si alcanzaremos ese grado de felicidad soñado al tocar con nuestros dedos aquél horizonte deseado.

Muchos de nosotros a lo mejor no conseguimos satisfacer estos sueños, debido a un solo problema; el miedo, el miedo a cambiar, el miedo a ser distinto, el miedo al fin y al cabo a hacer lo que realmente uno quiere, el miedo tiene muchas caras pero siempre tiene una misma forma de actuar: te paraliza, y si te paraliza simplemente dejas de vivir, el miedo te anestesia para la vida y esto es así, el miedo surge, por que lo que realmente uno quiere no es normalmente lo que la gente o lo que alguien quiere para ti, ese es el miedo, el miedo a explicarle a alguien tus sueños, el miedo a dejar algo por un sueño, ese miedo es tan peligroso y tan coactivo que puede hacer que tus sueños se conviertan en una pesadilla diaria, en un pensamiento clavado de forma permanente en tu cerebro, clavado en forma de cargo de conciencia, de vergüenza por ti mismo por no enfrentarte a ese miedo, es un sentimiento de vergüenza porque has vendido tu sueño a la sumisión de la cabeza gacha y el “tirar para adelante sin mirar atrás”. Es cierto señores, esto es así y así podemos ser muchos ya o llegar a ser en un futuro.

Todo esto tiene un sin embargo, un pero, una excepción, esta excepción existe y no es más que la existencia de un caso contrario a la norma general, un hombre, una mujer, que lo deja todo para dar rienda suelta a sus sueños, una oveja encarrilada dentro de un rebaño descarriado, gente con valor y coraje, soñadores que viven, esos son los faros en los que hay que fijarse para buscar un camino, para encontrar un camino y un destino, para poder alcanzar el sueño. Hoy he leído algo sobre un soñador, un sueño lleno de valentía, el tipo se llama Andreu Mateu y está cruzando el Océano Atlántico a nado, os dejo el link para que visitéis su página y soñéis con él y para que reflexionéis sobre como alcanzar los sueños, o sobre lo que puede mover a un hombre para alcanzar metas así en su vida. Os deseo FELICES SUEÑOS A TODOS.

Bocadillo de uñas con cemento (I)

- ¿Miguel?

- Dime, dime que es lo que quieres, estoy almorzando, dime; ¿que es lo que quieres?, nada sólo decirte que han llamado de una notaría del centro, que te tienes que presentar hoy a las siete.

- Miguel, dime que no ha pasado nada, que todo va bien,

- No se de lo que me estás hablando, ¿de que trata esto ahora?.

- Miguel, no me vuelvas a engañar, por favor, no quiero volver a pasarlo mal.

- No se que es esta mierda, no se si será de la hipoteca, pero llevamos todos los pagos al día, no se de donde ha salido esto. A las 6 estoy en casa y vemos que pasa. Espero, no sea nada.

- Por favor María, esta vez te pido que confíes en mí, te lo pido porque no se nada acerca de esto, espero que no nos dé una vez más de lado el destino.

- Yo también lo espero Miguel, yo también lo espero, no quiero volver a pasarlo mal.

Colgó el teléfono y a la vez que el aparato llegó al bolsillo del pantalón, un escalofrío le había recorrido ya todo el cuerpo. Frente a frente junto a él, un viejo enemigo ya olvidado, frente a él, de nuevo el miedo.

Esta fue la estampa que quedó a las 12.30h de una mañana cualquiera, de una ciudad de España cualquiera, un tipo cualquiera, esta vez un obrero cualquiera, sentado en su andamio, intenta comerse el bocadillo de su almuerzo como un tipo cualquiera, pero esta vez el no es un tipo cualquiera, algo le ha pasado o algo le va a pasar, mientras el tipo pelea por comerse la mortadela con aceitunas del bocadillo y no las uñas de los dedos, su cabeza ya no está allí con él.

Bocadillo de uñas con cemento (II)

La jornada laboral concluyó y con ella España volvió a ser un poco más improductiva aún que el día anterior y es que hoy sumamos a esa cuenta la inactivad absoluta que Miguel ha mostrado tras recibir la llamada de teléfono de su esposa. El miedo no deja trabajar a nadie.

Mientras se cambiaba en el vestuario, a Miguel le temblaban las piernas tanto como el martillo hidráulico que el de vez en cuando maneja en la obra, era un flan, un compañero se dio cuenta de la escena:

- Miguel, ¿estás bien?, ¿te ocurre algo?.

- No, no, no…..No, no me ocurre nada.

- ¿Seguro?, no pareces tranquilo compañero.

- Bueno, tienes razón, estoy algo nervioso, verás, al medio día, justo en la pausa del almuerzo me ha llamado María, me ha contado algo de que tengo que ir a una notaría del centro hoy a media tarde, me temo lo peor.

- ¿Lo peor? A que te refieres.

- A que va a ser Manuel, ¿a que va a ser?. Para que te van a llamar para citarte a una notaria.

- ¿La hipoteca?

- Claro, que iba a ser entonces, nadie me iba a hacer rico.

- Lo siento chico, no quería ponerte mal cuerpo. Me temía que fuera la hipoteca, no pensaba en otra cosa, pero no quiero ponerte nervioso, no te puedo ayudar poniéndote nervioso, es un tema serio. Aquí tienes mi mano para lo que te haga falta.

- Gracias Manuel, gracias amigo.

- Sólo te doy un consejo Miguel, esta vez cuéntaselo todo a María, no la engañes como lo hiciste anteriormente. Y procura si puedes no seguir comiéndote las uñas, pues vas a tener que sujetarte el bocadillo de los almuerzos a las manos con cemento. Y al final tendrás que sujetar tus sueños con cemento.

Así concluyó la jornada laboral. Miguel camina nervioso y rápido, es por esta velocidad por la que llegó más temprano que de costumbre a la parada del bus, demasiado tiempo para esperar, pensaba él, aquellos minutos fueron un martirio, sin nada que hacer, sólo pensar. Aquello se convirtió en su peor tortura, tortura que fue más alimentada si cabe, cuando su atención reparó en uno de estos anuncios que son expuestos en las paradas del autobús, esta vez el anuncio hacía referencia a un producto bancario, como no; a la hipoteca, el anuncio versaba sobre la facilidad para obtener una hipoteca, sobre la grandiosa opción de elegir ese banco como hipotecario, todo era bello en el anuncio, para cualquier ojo, todo era bello, menos para el ojo de nuestro amigo, que no veía más que el origen de todos sus problemas, aquella palabra impresa con letras rojas sobre fondo negro; hipoteca, pensó él que debería haberla escrito el mismísimo demonio.

Llegó el bus y con él, el verdugo, así pensó y así padeció Miguel la mirada del conductor del autobús, pues Miguel sintió por un momento que aquel ya no era el conductor sino el notario, miguel ya enloquecía por el momento y sufría alucinaciones, al sentarse y levantar la cabeza sintió la mirada juzgadora de todos los pasajeros, la sintió hacia él y se sintió ya juzgado. El era el culpable, estaba clara la situación, el no había pagado la hipoteca. Alucinaba.

Llegar a casa era algo así como alcanzar el primer nivel del purgatorio, aún así llegó voluntariamente, no podía fallarle a lo único que tenía, no podía otra vez dejar de lado a su amada María, ya le falló una vez por cobardía, no lo iba a volver a hacer, esta vez morirá peleando, no en la retirada.

Al llegar al ascensor y subir en él, se imagino por un momento que el ascensor volvía a bajar hacía la primera planta desde el décimo piso en el que él vivía y que el hacía por lo tanto el camino inverso al de ahora, el de bajar, no el de subir, todo es mejor si baja, como el Euribor, por un momento pensó, imagino y soñó con esa palabra y tal vez dio con una de las claves por las que debía de ir a la notaria, ¿subió quizás el Euribor tanto que no pudo hacer frente a las mensualidades de la hipoteca. El sueño, la imaginaión, los momentos para pensar acabaron allí, frente a la puerta de casa, que no de su casa, tras esa puerta le esperaba la única verdadera posesión que tenía, la única en la que nadie intercedía, la única que de mandar una carta para contar en que estado se encuentra no hace balance del último mes, la única cosa que no ha sido negociada, la única cosa que le ha entregado más dignidad y que no le ha intentado despojar de esta, la única cosa era y es el amor de María, y este estaba allí, detrás de una puerta cualquiera, de un edificio cualquiera, en un barrio de la periferia cualquiera, de una ciudad cualquiera, era un día cualquiera para un español o española cualquiera.

Bocadillo de uñas con cemento (III)

Un día de Marzo de hace tres años.

Miguel está hundido, la situación se le ha ido de las manos, todo empezó con una pequeña mentira, con una pequeña omisión de información, no sólo a ellos si no a su esposa también, tiene la carta en su mano, está frente a la puerta de su casa, la carta llena de sellos de organismos oficiales contiene la sentencia sobre su vida, el es un delincuente, nadie lo va a salvar. Dentro le espera la única persona que en su vida a confiado en él, esta vez le ha fallado, pero ya no hay vuelta atrás, tiene que entrar, pese lo que pese, él tiene que entrar.

Siéntate cariño, le dice Miguel a María, mientras por el tono de voz y por la debilidad del beso que él le acaba de dar, María intuye ya que algo va a pasar o que algo ha pasado ya.

- María esta carta viene del Ayuntamiento, del servicio de viviendas de protección oficial,- La voz le tiembla, las manos le sudan, y la mirada hace tiempo ya que no llega a la altura de los ojos de María, avergonzado y hundido prosigue contando.

- Mira María te he mentido a ti, y eso no es lo peor, lo peor es que le mentí a ellos, le mentí a esta gente del Ayuntamiento y ahora me han descubierto, si hubiese un hueco lo suficientemente grande en el pecho, su cabeza se hallaría en él ahora mismo.

-¿A que te refieres?, grita desconsolada María.

- Verás, cuando entregamos todos los papeles para que nos dieran este piso, hubo uno que yo modifiqué, pensaba que no se darían cuenta, pensaba que todo valía la pena para que tu y yo pudiésemos vivir por fin juntos, pensaba que todo valía la pena para hacerte feliz, falsifiqué la nomina para poder acceder a esta vivienda de protección oficial, ahora ellos se han dado cuenta y en esta carta, dice que nos debemos de ir del piso antes de 24 horas, lo siento, hemos perdido todo lo que tenemos.

- La cara de María era inexpresiva, no daba crédito y permanecía impasible, fueron unos segundos de marmol, pesados y frios, el tiempo se detuvo y con el los sueños de aquel joven matrimonio, la vida les había dado un gran revés, pero ella se limitó a decir:

- Está bien, hagamos las maletas, y no hemos perdido todo, nos tenemos a nosotros.

- Esas palabras le hirieron, le hirieron enormemente, porque se dio cuenta de que aquella mujer que se iba por el otro lado del pasillo era más valiente, más luchadora y tenía más coraje que él, que se rindió ante la trampa, esta situación le hizo pensar que el no la merecía, que nunca iba a poder estar a la altura de esa mujer con la que compartía su vida.

- Después de unos meses en los que tuvieron que volver cada uno a su casa familiar, ella siguió trabajando en su supermercado, 600 euros al mes, 10 horas al día, se pagan 8 y se trabajan 10, y una empleada no está autorizada a quejarse sobre eso, llega a casa, ve a su marido una hora y mañana empieza el siguiente día de todos los días de su vida. Él trabaja 7 horas en la obra, un trabajo no mal pagado, agotador eso sí, ha decidido luchar por la mujer a la que ama, ha decidido recompensarla por los sueños robados y trabaja cuando sale de la obra como guardia de seguridad por horas en una discoteca, una vida difícil, un trabajo complicado, peligroso, pero tiene que ahorrar dinero para poder pagar la entrada de un nuevo piso que les permita a ambos seguir viviendo, seguir soñando, olvidar la anterior pesadilla.

Así pasó un año, en ese sin vivir ambos se hicieron más fuertes, incluso su amor se hizo aún más fuerte. El trabajo de ambos, el duro trabajo les recompensó con el fruto de pagar la entrada de la nueva vivienda, Miguel estaba tranquilo, la vida los había vuelto a poner en el camino de donde los echó, todo parecía ir sobre un camino de rosas, hasta hoy, hasta aquél recado de María sobre la notaría, hasta esa llamada de teléfono que los ponía a ambos ante una nueva etapa en la vida, ahí es donde estamos ahora, ahí es donde está él, frente a la puerta de su casa, otra vez, tener que entrar de nuevo a decirle a María que se siente, que le escuche, que algo había pasado, pero esta vez él no tenía nada que contar, no sabía nada pero la situación tristemente ya le era familiar.

Bocadillo de uñas con cemento (IV)

Una vez entró, le esperaba ella, ningún gesto de nuevo en su cara, le dijo: “toma el traje, vístete y vamonos, no quiero que se nos haga tarde”. Desahuciado, coge el traje y se retira hacia al dormitorio a cambiarse, es el traje de las “hipotecas”, el que siempre viste cuando se encuentra delante de un tipo que tampoco es capaz de mirarle a los ojos, un tipo como él, un cobarde, un cobarde que tampoco es culpable.

Con la cabeza gacha, como el que tiene la certeza de haber sido ya juzgado, Miguel ha salido del piso, camina despacio, su esposa le espera subida en el coche al otro lado de la calle, antes de subir, mira hacía atrás, mira hacía “su piso” casi se despide de él, sube al coche y sólo alcanza a decir:

-“María, ¿Verdad que confías en mí?.

- No hay respuesta.

En ese universo de silencios, en ese tiempo de marmol, transcurre su trayecto. Aparcan, bajan del coche y llegan a la notaria. Un edificio del siglo XIX totalmente remodelado, un edificio de lujo; suben las escaleras.

Al llegar la secretaria les reconoció inmediatamente, con un encantador “pasen al despacho, el notario estará enseguida con ustedes” esa fue toda la conversión con la secretaria, no había paños calientes para el desenlace.

Sentados, uno al lado del otro, ambos esperan el peor desenlace, son de nuevo unos segundos agónicos hasta que el notario llega, la diferencia y el consuelo para Miguel es que estos son los últimos segundos, cuando el notario llegue todo habrá acabado, ya no quedará nada más, el agónico día habrá ya acabado y nada podrá ir peor.

Uno con la cabeza en el pecho, alicaído, la otra con un cuello bien estirado, bien alto, el y ella, Miguel y María, en esta estampa, ambos en la oficina de un Notario cualquiera, de una ciudad cualquiera, el y ella, un matrimonio joven cualquiera de España, esta es la estampa cuando el notario ya está sentado en su sillón, delante de la mesa, frente a ambos jóvenes, en su señorial despacho, ya los ha saludado, se dispone a leer, no sin antes advertir:

-“En veinte años de profesión jamás he visto un caso como este”.

Ambos se miran, asustados, ninguno de ellos tiene nada que decir y lo peor es que ellos no pueden decir nada…

El notario empieza a narrar:

--“Verán hace unos meses murió un hombre en otra ciudad, su muerte paso desapercibida, pero no lo que vino después. El hombre murió sin descendencia, nada, ni hijos, ni sobrinos, ningún descendiente, el era el propietario de una de las mayores fortunas de la ciudad. Su testamento era toda una incógnita, hasta el día de ayer en que el mismo se abrió en esa ciudad, yo soy el responsable de la notificación a los herederos de esta ciudad.

Verán, este hombre, hace unos 10 años decidió hacer testamento, reunió a dos amigos y visitó a un notario, cuando estuvo frente a él y le pregunto que a quién nombraba como sucesores el hombre pidió la guía telefónica, todos los presentes, incluido el notario quedaron atónitos, el hombre cogió la guía, eligió ochenta nombres, el notario allí presente tuvo que probar y certificar que ese hombre estaba en las condiciones psíquicas y adecuadas para formular el testamento, pues el caso era insólito, pero nada podía justificarse o demostrarse para hacer pensar que ese hombre no estuviese en sus cabales, esa fue su voluntad y mi trabajo es hacer que esta se cumpla después de que él esté muerto, y ese momento es ahora.

Ustedes son herederos de la fortuna de este hombre, seguiremos con los trámites a continuación.

Gracias por comparecer hoy ante mí.

NOTA: Todo el relato es ficticio, por supuesto no lo el final, aquí os dejo el enlace de la noticia sobre este hombre que dejo su herencia a desconocidos escogiendo a los herederos a partir de la guía telefónica. Yo quería hablar sobre esta noticia pero se me ocurrió contarla a través y como desenlace con esta historia ficticia de Miguel Y María, un Miguel y una María a los que todos conocemo. Haciendo referencia así a uno de los grandes problemas que tenemos hoy en España como es el de la vivienda, y como la agonía por el mismo puede marcar nuestra felicidad en este pequeño paseo que es la vida, sin duda a lo mejor la narración es trágica y magnifica el problema o el sufrimiento, pero es que no hay otra forma de contarlo. Gracias.